Hace ya unos años que viajé a ciudad a Perdida, un destino que quedó en mi libro de sueños desde el momento en que supe de su existencia.

Empecé a investigar cómo llegar al lugar y encontré que algunas de las agencias que operan en la zona son de hecho de indígenas de las comunidades que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta, lugar donde está ubicada la Ciudad Perdida. Sin dudarlo, decidimos viajar con ellos.

Y así, desde Santa Marta, empezó esta travesía que nos llevó a conocer uno de los lugares más lindos y remotos de Colombia.

Éramos un grupo de tres personas. Afortunadamente cuando fuimos recién estaban levantando las restricciones por la pandemia del COVID-19 y había muy pocos viajeros.

Salimos desde Santa Marta, hasta una vereda llamada el Mamey o el Machete en un carro 4x4 en un trayecto que duró aproximadamente 2 horas. Almorzamos y conocimos a Daniel, nuestro guía. Daniel llegó completamente vestido de blanco, con su mochila tejida, con hojas de coca y cal en su interior y su poporo, una especie de instrumento indígena que solo se le entrega a los hombres y que les permite llevar un diario de su vida por medio del ritual de mambeo (masticar coca).

Daniel es un indígena de la comunidad Kogui y es realmente activo en redes sociales, sería bueno que lo sigan para que conozcan muchas cosas acerca de su cultura y también para que viajen con él a alguno de los sitios que tiene la Sierra Nevada de Santa Marta. Les dejo su perfil de instagram. Sierranativo.co

Desde ahí inició una emocionante caminata de más o menos 60 km, donde nos internamos en la Sierra Nevada de Santa Marta para conocer las ruinas de la ciudad de los antiguos Tayronas, hogar de entre 1.500 y 2.000 indígenas y que fue construida aproximadamente en el año 650 DC. De los Tayronas descienden 4 comunidades indígenas que junto con campesinos del sector protegen y dan vida a este territorio. Kogui, Wiwa, Arhuacos y Kankuanos. Un dato curioso es que cada comunidad tiene un lenguaje diferente.

Caminamos entre 5 y 7 horas al día, cargados de mochilas con lo indispensable para poder sobrevivir a la selva tropical durante 4 días. El paquete turístico con el que viajamos incluía todas las comidas (desayuno, almuerzo y comida), incluyendo el almuerzo del día de salida. Y cada cierto tiempo encontrábamos en el camino estaciones con frutas y agua para refrescarnos. La infraestructura es buena, las comunidades del sector han venido haciendo muchas cosas para hacer el viaje menos difícil para los viajeros.

Pasamos 3 noches dentro de la Sierra Nevada, en los campamentos hay baños, duchas, en el primero hay camarotes con toldillos para evitar los miles de mosquitos que hay en una selva. En los otros dos campamentos dormimos en chinchorros o hamacas. Son relativamente cómodos teniendo en cuenta lo remoto del lugar. Después de la primera noche nos quedamos sin señal en nuestros teléfonos y solo la recuperamos al salir. Es un lugar que debes disfrutar en plenitud, el no tener señal es un regalo para poder estar presentes y disfrutar del camino y sus vivencias.

Caminar en medio de un territorio tan ancestral es una experiencia única, mientras caminas puedes cruzarte con indigenas que aún viven con sus costumbres ancestrales, puedes ver sus casas, construidas de la forma tradicicional, con sus dos picos en la parte superior que simbolizan los dos picos nevados de la Sierra. Lo mejor de tener un guía indígena es que nadie te va a contar mejor la historia del lugar que sus dueños ancestrales. En nuestro caso aprendimos mucho de su cultura, incluso nuestro guía agarró algunos hongos de la corteza de un árbol y nos los preparó como tradicionalmente lo hace su comunidad. Para mi fue una experiencia única y la recomiendo definitivamente

Al tercer día de caminata finalmente llegamos a las terrazas que caracterizan Ciudad Perdida. Nuestro real objetivo de hacer este viaje. El trayecto es difícil, son casi 2.000 escalones de piedra que se deben subir para llegar las primeras terrazas, los escalones a veces son muy empinados y debido a la lluvia constante pueden ser lisos, se debe tener mucho cuidado.

Al llegar al lugar los guías indígenas realizan un ritual para pedir permiso e ingresar al lugar. Ciudad Perdida es un lugar sagrado para las comunidades de la Sierra Nevada, sus líderes espirituales los Mamos, aún viven allá.

Y ahora sí a disfrutar de estas increíbles postales.

El tercer día termina con el descenso de la Ciudad Perdida hasta el último campamento. Pasas la noche y al día siguiente bien temprano empieza el camino hacía el Mamey, el lugar donde todo comenzó. Te recogen en un carro 4x4 y te dejan en el centro de Santa Marta

Al final de esta aventura quedas con una gran historia que contar, fotos increíbles, muchos aprendizajes acerca de culturas ancestrales de los verdaderos dueños del territorio. Te quedas con la increíble sensación de haber vivido una experiencia única y de haber conectado realmente con la naturaleza y con tu entorno. Ah!…. Y también un terrible dolor de rodillas y espalda.